Te miro absorta, como siempre,
cada vez que vengo a contemplarte,
me atraes como un imán
y no sé huir de ti, no tengo fuerzas,
mi mente se bloquea y de mi boca
no fluyen las palabras.
No hay auxilio posible, no me dejas opción,
me quieres para ti y yo no lucho
pues de nada sirve rebelarme.
En esta situación solo me queda
confiar a tu silencio mis deseos
sabiendo de antemano que no quieres
decirme lo que mi alma necesita.
Mi pensar se va lejos, te pregunto
si aún me recuerda… y tú no me hablas,
celoso de mi amor, de mi insistencia
por saber si existe una respuesta.
Pero callas cruelmente…
Sabes que volveré a hacerte esa pregunta
desde esta playa día tras día,
viendo como el sol nace en tus aguas
o muere en un atardecer de crudo invierno,
no te importa si sufro por su ausencia…
Me quieres para ti…
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