Bajón anímico, ya previsto me dicen...
Pasarán...
Volverán otros...Pasarán...
Y así... ¿hasta cuando?
Cierro la ventana...
http://www.youtube.com/watch?v=8pZPnnbzV1A&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=dVAMZICca8o&feature=related
Un poco de todo, pero suficiente para no dejar de sentir, de expresar...
miércoles, 31 de agosto de 2011
jueves, 25 de agosto de 2011
Aprovechando que estoy sola
Hoy es jueves, último jueves del mes de agosto. Mis padres han marchado hace unas horas, han ido a un pueblecito que celebra su Fiesta Mayor y que cumple 157 años desde la fecha en que los habitantes de esa localidad prometieron dedicar una fiesta en honor de la Verge del Remei (Virgen del Remedio) por haberlos librado del azote de una epidemia de cólera.
Por haber tenido ascendentes allí, mi madre no ha faltado a la cita religiosa casi desde que tiene uso de razón. En este día, la imagen de la Virgen sale de su santuario, situado en un castillo milenario, recorre las calles del pueblo hasta la parroquia donde se celebra una misa conememorativa y después, en procesión, es devuelta a su capilla.
Yo he ido en algunas ocasiones y siempre me ha impresionado el fervor religioso que despierta no solo en la localidad sino también en los pueblos cercanos, de los que llegan cientos de personas para cumplir una tradición que se ha ido conservando de padres a hijos.
Ayer lo comentaba con mis padres y les decía que sentía no poder acompañarlos. Mi madre quedó un poco sorprendida pues sabe que otras veces que me lo han propuesto y no he ido con ellos, pero este año no sé porqué razón hubiera deseado ir. No soy practicante, solo entro en iglesias para visitarlas o porque mi espíritu me lo pide, entonces es cuando encuentro una razón para estar sola, disfrutar del silencio y pensar.
Sé que mi madre se "encargará" de pedirle a la Virgen un buen remedio para mí. Ella tiene hilo directo, no lo ha perdido nunca, me asombra su religiosidad y su fe. Supongo que entre otras cosas le pedirá que le conceda la suficiente paciencia para aguantar a una hija como yo que últimamente no le da demasiadas alegrías. Pienso. Cuando regresen, avanzada la tarde, estoy segura que me contarán lo bien que se lo han pasado.
Hoy viene a comer Lucía. No viene sola. Quiere presentarme a su pareja, no sé si es porque desea que le dé mi opinión sobre ella, porque quedamos una vez en vernos o porque quiere que le cuente como me va. Ya veremos.
Me duele la espalda, los médicos dicen que es normal y me los creo, porque los dolores no son constantes, son de esos que van de un sitio para otro pero que al final acaban en el mismo lugar, el de la intervención. Pronto podré ir a recuperación. Me llamó Iratxe y me dijo que estaba de vacaciones pero que confiaba volver a tiempo de "maltratarme", sincera la mujer porque quien avisa no es traidor.
Cierro ya. No sé que voy a hacer, hace calor a esta hora y no me apetece sentarme en el balancín, prepararé un aperitivo y me quedaré en el sofá esperando a que llegue la parejita.
Por haber tenido ascendentes allí, mi madre no ha faltado a la cita religiosa casi desde que tiene uso de razón. En este día, la imagen de la Virgen sale de su santuario, situado en un castillo milenario, recorre las calles del pueblo hasta la parroquia donde se celebra una misa conememorativa y después, en procesión, es devuelta a su capilla.
Yo he ido en algunas ocasiones y siempre me ha impresionado el fervor religioso que despierta no solo en la localidad sino también en los pueblos cercanos, de los que llegan cientos de personas para cumplir una tradición que se ha ido conservando de padres a hijos.
Ayer lo comentaba con mis padres y les decía que sentía no poder acompañarlos. Mi madre quedó un poco sorprendida pues sabe que otras veces que me lo han propuesto y no he ido con ellos, pero este año no sé porqué razón hubiera deseado ir. No soy practicante, solo entro en iglesias para visitarlas o porque mi espíritu me lo pide, entonces es cuando encuentro una razón para estar sola, disfrutar del silencio y pensar.
Sé que mi madre se "encargará" de pedirle a la Virgen un buen remedio para mí. Ella tiene hilo directo, no lo ha perdido nunca, me asombra su religiosidad y su fe. Supongo que entre otras cosas le pedirá que le conceda la suficiente paciencia para aguantar a una hija como yo que últimamente no le da demasiadas alegrías. Pienso. Cuando regresen, avanzada la tarde, estoy segura que me contarán lo bien que se lo han pasado.
Hoy viene a comer Lucía. No viene sola. Quiere presentarme a su pareja, no sé si es porque desea que le dé mi opinión sobre ella, porque quedamos una vez en vernos o porque quiere que le cuente como me va. Ya veremos.
Me duele la espalda, los médicos dicen que es normal y me los creo, porque los dolores no son constantes, son de esos que van de un sitio para otro pero que al final acaban en el mismo lugar, el de la intervención. Pronto podré ir a recuperación. Me llamó Iratxe y me dijo que estaba de vacaciones pero que confiaba volver a tiempo de "maltratarme", sincera la mujer porque quien avisa no es traidor.
Cierro ya. No sé que voy a hacer, hace calor a esta hora y no me apetece sentarme en el balancín, prepararé un aperitivo y me quedaré en el sofá esperando a que llegue la parejita.
domingo, 21 de agosto de 2011
Una pequeña pausa
Me la tomo con permiso de mis padres. Les he prometido que me tomaré muy poco tiempo y que después volveré a mi reposo habitual.
Solo para AGRADECER (con letras mayúsculas) todas las muestras de apoyo y de ánimos que he recibido antes, durante y después de mi "reparación", que afortunadamente según el criterio médico es satisfactoria. Ahora solo queda que la incisión en la espalda vaya cicatrizando para poder programar la oportuna rehabilitación, y ahí es donde entra en juego toda mi fuerza de voluntad para recuperarme en un tiempo prudencial, y que todo este episodio inesperado quede para siempre en una incidencia más de las muchas que la vida nos presenta.
Repito, GRACIAS DE TODO CORAZÓN. No sé como podré corresponderos pero... ¡algo se me ocurrirá!. Besos y abrazos.
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