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martes, 24 de julio de 2012

Música, mar y viento



En el silencio oscuro de los cerrados párpados
que el universo en mi espíritu adormece,
la música se alza, mientras en la alta noche
sube hasta las estrellas el perfume de las rosas.

En mi pequeño corazón, ella, divina música,
hace caber el infinito, rompe las compuertas,
y me lleva lejos de los nombres y las cosas,
más allá del deseo, casi hasta el olvido.

Como las algas que avanzan en el pecho de las olas,
entre el suspiro de las aguas profundas y rítmicas,
yo voy con la música en mi interior, voluptuosa.

Mientras el mundo se aleja, dormida en la playa yo sueño,
abandonada a las suaves melodías,
al beso de la espuma y a los brazos del viento.



(Playa de La Pineda - Salou - 22.07.2012)

viernes, 6 de julio de 2012

Habaneras y recuerdos

(Mañana vuelven las habaneras a acariciar las tranquilas aguas de la Platja de Port Bo...)

"...vuelvo a comenzar por el día de hoy y en mañana día 2 tengo anotado “CHCP” = cantada  de habaneras en Calella de Palafrugell- que cada año es el primer sábado de julio. Me encantan las habaneras y las canciones marineras que hablan de amores y desamores, de mulatas rollizas y de mulatos esculturales, de tabernas y de barcas, de guerras... Estas canciones interpretadas por varios grupos musicales en un escenario elevado sobre la playa, con el mar y  el cielo estrellado como decorado natural crean un ambiente que absorbe,  que te transporta a aquellos tiempos pasados de Cuba donde los marineros españoles recogieron las melodías para traerlas, como único botín de guerra, a la que  entonces se decía “madre patria”…

“Los padres de Anna alquilaban cada año durante el mes de julio un apartamento en Llafranc, cerquísima de Calella de Palafrugell, y Anna y yo lo aprovechamos  para ir a pasar algunos fines de semana procurando que uno de ellos coincidiera con la cantada de habaneras.  Sea por el enamoramiento, por el influjo de las melodías, la cena a base de sardinas a la brasa, el vino blanco de Perelada, el vaivén de la barca que un pescador  nos  cedía y… el calorcito del “rom cremat”  (que consiste en ron quemado en una cazuela de barro con azúcar, cáscara de limón, canela y granos de café  hasta que se consume  el alcohol, muy parecido, por si algún/na gallego/ga me lee a la “queimada galega”),  en fin, que todo ello formaba un conjunto indisoluble para disfrutar como así hicimos, y que en nuestra primera noche habanera acabó, al regresar a Llafranc, con un baño de madrugada en las cálidas aguas mediterráneas completamente despelotadas. Imposible resistirse al deseo de hacer el amor, por primera vez, en un lugar tan majestuoso. Lo hicimos...

- Mamá, necesito ir a ver el mar ¿me acompañas?

17:55 horas del día 1 de julio del 2.011"
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(Me sentaré delante del televisor...)